La relación que existe entre las enfermedades y las emociones es un tema fascinante. Las emociones son de carácter universal y se presentan ante situaciones relevantes como aquellas que implican peligro, amenaza, éxito, novedad, etcétera. En la psicología se les conoce como reacciones psicofisiológicas que afectan tanto la conducta como el cuerpo.
Conozcamos las razones:
Solemos identificar dos grupos: las emociones positivas y las negativas. En este texto nos vamos a enfocar en las “negativas” que son conocidas por influir en el desarrollo de patologías (enfermedades). Hablamos de emociones como el miedo - ansiedad, la ira, la tristeza - depresión y el asco, que son reacciones básicas y se presentan ante una experiencia desagradable. Su objetivo en sí es ayudarnos en la adaptación de los entornos y protegernos. Por ejemplo, es normal sentir miedo al escuchar gritos de la casa de un lado. Su propósito básicamente es buscar la sobrevivencia. Sin embargo, se pueden transformar en patologías porque existe un desajuste en la frecuencia, intensidad y respuesta del entorno. Es decir, no es lo mismo sentir miedo en una ocasión particular, a sentir miedo todos los días durante seis meses. Por lo tanto, cuando mantenemos ese desajuste por un tiempo significativo se puede provocar un trastorno de salud, tanto mental (ansiedad, depresión, ira patológica, etc) como física (trastornos cardiovasculares, reumatológicos, inmunológicos, etcétera).
Como ya mencionamos, las emociones negativas afectan dos aspectos muy importantes para el desarrollo de una patología: la conducta y el cuerpo. Por un lado, pueden interferir en nuestros hábitos saludables y fomentar el desarrollo de conductas que ponen en riesgo nuestra salud. Por otro lado, una activación psicofisiológica constante de una emoción negativa repercute en los sistemas orgánicos del cuerpo y pueden terminar afectando áreas como la inmunidad, los procesos tumorales, etcétera.
Observemos este mapa corporal: mapeo de la actividad que generan diversas emociones sobre el cuerpo.
Colores rojos: zonas que se activan en cada emoción en concreto.
Azules: zonas a las que parece no llegar la sangre en cada emoción.
Negros: zonas No afectadas.
Fuentes:
- Hector Martínez (2019). ¿Cómo se sienten las emociones?. Blogspot.
- Rodríguez, José Antonio; Ramos Linares, Victoriano; Martínez González, Agustiín Ernesto; Oblitas Guadalupe, Luis Armando. (2009). Emociones negativas y su impacto en la salud mental y física. Fundación Universitaria Konrad Lorenz.
Si deseas conocer más del tema de las emociones y su impacto en la conducta y salud te recomiendo lo siguiente:
- Emociones negativas durante la infancia e impacto en su salud: Video: How childhood trauma affects health across a lifetime. Tedtalk: Nadine Burke Harris.
- Emociones y hábitos: Estudio: Influencia de las emociones en la conducta alimentaria. Universidad Autónoma de Madrid.
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Tengo relativamente poco tiempo de seguir transmisiones de Kuryba y de Arturo, y sigo la sugerencia de experimentar lo que nos comparten, logrando cambios significativos en mí y en mi entorno, somos nosotros quienes hacemos difícil el camino. Un abrazo a todos, gracias por estar en mi presente