¿Por qué nos seguimos dejando manipular por el temor? ¿Por qué le tenemos tanto miedo a la muerte? ¿Por qué permitimos que unos pocos nos dividan, provocando que nos insultemos unos a otros, con esa ilusión de superioridad? ¿Por qué no respetamos los diversos puntos de vista, opiniones y creencias? ¿Por qué atacamos a alguien que hace una afirmación diferente a mi forma de pensar, actuar y ver la vida? ¿Por qué indico que alguien no sabe, no se informa, si yo mismo no lo hago, o me quedo con lo mínimo, sin profundizar? ¿Por qué obedecemos ciegamente, sin cuestionar ni analizarlo todo, sin explorar varias teorías y obtener mi verdad? ¿Por qué nos centramos en lo externo y no ponemos atención en lo interno; en aquello que somos y no en lo que nos han dicho que somos? ¿Por qué hemos permitido que nos callen, que el odio gobierne, impidiéndonos amarnos unos a otros, sin condiciones?
Por ello y más, yo soy de las primeras que no entiende... ¿Para qué hemos permitido que nos aten el cuerpo y la mente? Si la libertad es la base de la vida, de ese ser que eres en realidad: un alma, experimentándose a sí misma.
Autor: Lis Claudette Conde.
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